Marca de certificación: garantía de calidad, confianza y autenticidad

La calidad, el cumplimiento de las normas y el origen de un producto o servicio suelen ser factores determinantes en las elecciones de los consumidores. En ese sentido, dentro del sistema de Propiedad Intelectual en México, la marca de certificación cumple con la función de garantizar al público consumidor que determinados bienes o servicios satisfacen estándares específicos de calidad, composición, origen o procesos de producción, características que son previamente verificadas por un titular autorizado.

El artículo 183 de la Ley Federal de Protección a la Propiedad Intelectual la ha definido como aquel signo distintivo que respalda aspectos tales como los componentes o ingredientes de un producto, las condiciones de producción o su origen geográfico. A diferencia de otros tipos de marcas, el titular de una marca de certificación no puede dedicarse a la producción o comercialización del producto o servicio amparados por la misma, sino que su rol es exclusivamente verificar y respaldar que estos cumplan con los parámetros definidos, actuando como un organismo imparcial.  

Para obtener el registro de una marca de certificación, el solicitante debe ser una persona moral legalmente constituida cuyo objeto social sea la certificación de productos o servicios. Al igual que en las marcas colectivas, la solicitud debe de ir acompañada de las reglas de uso, en las que habrá de indicarse las cualidades a certificar, los procedimientos que controlen la verificación, las sanciones por incumplimiento y, en su caso, las Normas Oficiales Mexicanas aplicables al caso concreto. Estas reglas aseguran que la certificación sea confiable y coherente en su ejecución.

Un aspecto relevante de esta figura es que no puede ser objeto de licencia, es decir, que solamente aquellas personas o empresas que cumplan con los requisitos establecidos en las reglas de uso están autorizadas para emplearla. De manera adicional, esto implica que el titular debe supervisar continuamente su uso correcto, puesto que el incumplimiento de las reglas podría derivar en la cancelación de la marca.

Algunos ejemplos destacados de marcas de certificación son la leyenda “Hecho en México” que valida la autenticidad y calidad de los productos nacionales; también las certificaciones “Kosher” que respaldan el cumplimiento de normas dietéticas específicas basadas en la Ley Alimentaria Judía. Estas certificaciones, además de ofrecer confianza al consumidor, aportan una cadena de valor agregado a los productos en un entorno global.

En conclusión, la marca de certificación funge como un instrumento clave en la protección del consumidor y extienden la diversidad de productos y servicios en el mercado que, a su vez, contribuyen a posicionar a las empresas que cumplen con los parámetros establecidos.