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Cada día emergen nuevas empresas en diferentes sectores, no obstante, en muchas ocasiones, el entusiasmo por lanzar un nuevo producto o servicio al mercado lleva a que los emprendedores pasen por alto un elemento decisivo: resguardar la esencia de su marca. Este descuido es uno de los errores más comunes y que puede traer consecuencias legales graves. La protección de la propiedad intelectual no solo constituye un escudo legal contra la competencia desleal, sino que también se convierte en una herramienta para generar valor económico y fortalecer la posición de la empresa en el mercado.
Si bien la PI comprende un conjunto de derechos que protegen las creaciones inéditas de las empresas, incluyendo marcas, patentes, diseños industriales, derechos de autor, entre otras. En el caso de las startups, caracterizadas por mercados competitivos y sobresaturados, en los que la innovación y la creatividad son la clave para destacar, el resguardo de estos derechos resulta esencial, pues garantizan que las ideas innovadoras y los desarrollos tecnológicos de la empresa no sean copiados o explotados sin autorización, por el contrario, les otorgan distinción y exclusividad.
Además, la PI no sólo cumple una función meramente proteccionista, sino también de aprovechamiento eficiente de todas las oportunidades. Una startup en el ámbito de la PI puede generar ingresos adicionales para la empresa que la registra, a través de licencias, franquicias o alianzas estratégicas. Con este enfoque se diversifican las fuentes de ingresos y mejora la percepción de la empresa frente a posibles inversionistas y socios comerciales. Entonces, la PI ayuda a consolidar empresas fuertes en una era de comercio vertiginoso.
En la cotidianidad encontramos empresas tecnológicas que se han vuelto imperios debido a un excelente manejo y explotación de sus derechos de PI, tales como Uber o Airbnb que iniciaron como startups y supieron capitalizar su PI, hasta escalar globalmente, demostrando que este recurso es una inversión estratégica para tener un crecimiento sostenible en la industria.
Debemos destacar que para aprovechar al máximo todos los beneficios que implican los derechos de la PI, es necesario que los dueños de las startups adopten una estrategia de resguardo desde sus comienzos. Esto incluye registrar marcas y patentes, redactar acuerdos de confidencialidad para socios, empleados y colaboradores y, lo más importante: buscar asesoría legal especializada.